martes, 30 de diciembre de 2008

Empatía selectiva

El ser humano es muy imperfecto, y dentro de esa imperfección, me molesta sobremanera la empatía selectiva que tienen algunos (muchos). Para entender a que denomino empatía selectiva pondré un par de ejemplos que serán fáciles de entender.

Cuando nos enteramos de los problemas que tienen algunos catalanes para que sus hijos estudien en castellano en la escuela pública, o que no ponen la bandera española en ciertas instituciones vascas o catalanas, a algunos se les enciende la bombilla y estarían dispuestos a ir para esos territorios e imponer, la cordura que han perdido. Como vivimos en un país donde el imperio de la ley prohíbe la violencia física, solo queda la violencia dialéctica, que se exhibe con gran virulencia en medios de comunicación, por políticos y sobre todo en conversaciones informales entre ciudadanos.

En este caso, nuestra empatía hacia esas personas que ven coartados sus derechos de educar a sus hijos en castellano o de ver ondear la bandera española en un ayuntamiento, está sobre estimulada, a lo cual contribuye el tratamiento “informativo” que se hace desde algunos medios de comunicación.

Ahora pensemos un ejemplo más lejano, porque la distancia sigue importando (aunque no la física), pero mucho más terrible objetivamente. Pensemos en ese niño palestino que ha perdido a toda su familia por los ataques israelíes y que es acogido por los líderes de Hamás que ven en él a un futuro muyahidín.

Por regla general, cuesta más trabajo ponerse en el lugar del niño palestino, que del niño catalán.
Es esa empatía selectiva la que perpetúa las desigualdades en el mundo, apoyada en el etnocentrismo que nos sitúa a cada uno en el centro del universo y modelo a seguir para juzgar los actos y actitudes de los demás.

1 comentario:

Pakua dijo...

Muy de acuerdo. Esa empatía provoca ataques a los que luego esa desinformación que verbalizas como entrecomillada "información" justifica calificándolos de selectivos o de liberadores.

En el caso del niño que estudia en una escuela de Catalunya, en vez de hablarse de 'ataques selectivos' se habla de 'libertad de elección', como si hubiera de liberarse al hijo de una familia no catalanoparlante de la posibilidad de estar en igualdad de condiciones que los hijos de una familia catalanoparlante. Es como querer que crezcan tuertos en vez de con cada ojo de un color, que es como crecen estos últimos, dada la diglosia concreta.

En el caso del niño palestino es sin duda más grave, pues, siguiendo con la metáfora, los quieren ciegos como quieren ciegos a sus médicos, los cuales, habiendo ganado Hamas las elecciones, aunque sean médicos y no muhaydines, compete a Hamas pagarles el sueldo.

Saludo tu blog y hasta pronto aquí o por ahí. Buen año tengas.