domingo, 5 de julio de 2009

El que venga detrás que pague

No deja de tener su gracia, que uno de los defensores del poder económico de este país, pagado por los grandes monopolios económicos, como es Carlos Herrera, hable de doctrina oficial y de dogmas (referido a la política nuclear del gobierno), es retorcido pero tiene su gracia.

Este señor tan imparcial, en su último artículo del XL semanal (revista del grupo VOCENTO) (www.xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_edicion=4307&id_firma=9130) hace una encendida defensa de la energía nuclear desde tres perspectivas: La inexactitud, las medias verdades y el insulto.

Empezaremos por una inexactitud que surge probablemente de la ignorancia. Es falso que compramos electricidad a Francia por qué no producimos tanta como necesitamos, ergo, si se cierra Garoña necesitaremos más y compraremos más. Eso no es cierto, España produce mucha más electricidad de la que consume (como se puede comprobar mirando el último informe disponible de generación eléctrica en España: http://www.ree.es/sistema_electrico/pdf/infosis/Inf_Sis_Elec_REE_2007_v3.pdf ), y se la vendemos a Portugal, Marruecos o Andorra, lo que este señor tan cultivado ignora, es que como las líneas de alta tensión están conectadas (y más que lo estarán ya que hay un proyecto muy importante de mejora de la conexión eléctrica con Francia) para mejorar y garantizar el suministro. Por desgracia, la electricidad aun no se produce donde se consume, así que lo más eficiente es una buena interconexión de las redes de producción eléctrica a nivel europeo.

Es también inexacto cuando habla de la posibilidad de instalar nuevas centrales nucleares, ya que el plazo de amortización de las mismas (más de 30 años si no contamos el tratamiento de los residuos) más como el mismo dice, los más de 10 años desde que se inicia, hasta que entra en servicio la central, hace inviable cualquier proyecto serio, ya que las reservas de Uranio, mira por donde, son finitas y con una estimación de agotamiento al ritmo actual de consumo, de 40 años.

Dentro de las medias verdades, se encuentra el decir que nuestro nivel de vida depende de la energía nuclear y que sin está, no podremos mantener nuestro nivel de consumo energético, o insinuar que sin está volveremos al siglo XIX. Es una media verdad, porque incluye una parte de verdad muy pequeña e ignorada por él: el ritmo de consumo energético actual es insostenible a medio y largo plazo, pero ni con ni sin nucleares; pero este es el gran error de los defensores de este modelo, el pensar que todos los recursos son ilimitados. Con esto no digo que tengamos que volver a la edad media, sino que hay que utilizar los recursos con cabeza, y a ser posible, apostado por sistemas renovables, que además tienen una pequeña ventaja con la que no han contado la gente como nuestro amigo Carlos, NO SE GASTAN.

Había pensado meter en verdad a medias lo de que la energía nuclear es más barata que las renovables, pero lo cierto, es que esta es la gran mentira. Es mentira a medias si se estudia por un economista normal que nos dirá eso de dividir la producción total de 40 años de vida útil de la central entre la inversión inicial+ costes fijos de los 40 años de uso+ costes variables de los 40 años de uso y el resultado será el precio por Kwh producido. He dicho economista normal porque es lo que hacen los economista normalmente, manejar la realidad para que los número concuerden con el discurso oficial del lobby nuclear, pero que pasaría si a esa ecuación le añadimos los costes de cierre de la central y sobre todo, el coste de gestión de los residuos de pongamos el 10 % del tiempo de semidesintegración de los productos radiactivos más perdurables, es decir, unos 10.000 años. Teniendo en cuenta que el coste anual en España supera los 120 M€, a los costes anteriormente analizados tendríamos añadir (sin tener en cuenta la inflación) más de 1.200.000 M€ y automáticamente la energía nuclear se convierte de muy largo, en la más cara, pero claro, lo que hacen es no meter estos datos y utilizar la teoría de “el que venga detrás que pague”.

Para la industria eléctrica española actual la energía nuclear es la más rentable ya que la inversión inicial esta amortizada gracias a los 6.000 M€ que el señor Aznar dio a las eléctricas cuando privatizo ENDESA, precisamente para eso, para evitar la quiebra que le hubiese supuesto el lastre nuclear a las mismas y ahora vienen Carlos y sus amigos Neocon a contarnos lo caras que son las energías renovable, hay que ver lo que hace un ignorante con micrófono.

Lo que más me gusta del señorito Carlos, es que para dar fuerza a sus argumentos se dedica de insultar y a menospreciar. Somos esos catetos vestidos de pana, esos ecologistas pancarteros que vamos contra el progreso y que ensuciamos el paisaje con chatarra eólica, con lo bonita que es una central nuclear.

Lo más indignante de todo esto, es que este debate surja en el mismo momento en el que existe un proyecto Alemán para generar la mayor parte de la electricidad europea en el Sahara con energía solar, en el que hay más de 20 grandes empresas alemanas y que están buscando más colaboradores en otros países y en lugar de ponerse al frente del proyecto las grandes eléctricas españolas se dedican a hacer lo que ha hecho estos años atrás gran parte del empresariado español: especular y usar la política del ladrillo, es decir, dinerito fácil y rápido aunque me cargue el entorno; y el que venga detrás que pague.

Como podéis comprobar no he hablado de la seguridad. Aunque creo que este no es un tema menor, creo que la seguridad de proceso de la energía nuclear es tan elevada, que el riesgo es despreciable desde la perspectiva de la sociedad actual, ya que cualquier persona por el hecho de nacer, está expuesta a riesgos que multiplican por cientos de veces el de un accidente nuclear, sin que por ellos podamos o queramos variar esas conductas de riesgo. Pero ¿qué pasa con el riesgo exterior al proceso? ¿Qué coste supondrá para los próximos años mantener o incluso aumentar la seguridad externa de las centrales nucleares? Si estrellaron un avión contra el pentágono, ¿quién garantiza que no podrían estrellar una avioneta cargada de explosivos contra una central nuclear? Pero claro, si el debate es seguridad libertad, gana la seguridad, pero si es seguridad beneficio empresarial…