jueves, 26 de febrero de 2009

Que dimita Camps

Durante algún tiempo he pensado que el tema de la corrupción en el PP era algo puntual que puede suceder en cualquier partido y que por desgracia sucede en todos, pero los últimos días me han demostrado que no es la excepción y que en general, son unos sinvergüenzas, impresentables, inmorales que o bien son delincuentes o los amparan.

¿Y qué ha pasado para que cambie de opinión y me dé cuenta de que es lo que sucede realmente?, pues nada, un par de cositas sin importancia.

-El antaño respetado juez Garzón que investigo los GAL y metió a tantos terroristas en prisión, ahora, como investiga a gente que está relacionada con el PP, es un juez parcial, prevaricador y socialista.

-Desde el PP se ha tomado la investigación de una trama de corrupción que afecta a posibles miembros del partido, como algo contra el propio partido. Miren señores del PP, si no tienen nada que esconder, ¿de qué tienen miedo? Dejen que se investigue todo lo que se tenga que investigar y cuando salga que no tienen nada que ver con esto, saldrán muy reforzados, a no ser que tengan motivos para tener miedo de la justicia…

-“La cacería”, creo que ya sabemos casi todo lo que hay que saber de esto, pero aun así hay quien tiene dudas sobre si hablaron de este tema el ministro y Garzón, creo que en cualquier caso, si querían hablar del tema, los dos viven en Madrid y tienen móvil para comentarse lo que quieran, el lugar de hacerlo rodeados de miembros del PP. Es bien claro, que esto no ha sido más que una cortina de humo para distraer la atención de la opinión pública de sus problemas internos y judiciales, pero aun así, el error de Bermejo, de no prever las consecuencias de ese coincidencia, se ha saldado con su salida del gobierno.

-“La huida hacia delante”. En su desquiciada estrategia, el PP arremete contra la policía judicial, la fiscalía y sobre todo Garzón. Deben pensar que amedrentando a todo el que esté dentro de la investigación, van a conseguir pararla.

-El último capítulo hasta ahora, se escribió ayer, cuando el número 2 del poder judicial Fernando De Rosa (principal responsable de que no se haya podido juzgar aún a Carlos Fabra), que hasta hace 5 meses era consejero de justicia de Camps, dijo que creía que Garzón podía estar prevaricando, claro que luego rectifico y dijo que lo decía a título personal y no como miembro del consejo general del poder judicial, lo cual le hubiese costado una sanción por parte del consejo. Pero lo más interesante del tema, es que antes de hacer estas declaraciones, el señor De Rosa había estado recibiendo instrucciones de su jefe el señor Camps en una reunión secreta en el Palau de la Generalitat. http://www.publico.es/espana/204299/camps/reunio/viernes/numero/cgpj

Todo esto resuelve muchas dudas sobre la limpieza del PP, pero me genera otras: ¿Cuándo va a presentar su dimisión el señor Camps? ¿Y el señor Rajoy? Esperanza Aguirre no me genera dudas, sé que no lo hará, pero bueno, los otros tampoco creo que lo hagan ya que la experiencia demuestra que en el PP no dimite nadie.

1 comentario:

Carlos Zaragoza dijo...

Hola, Dele.

Soy Carlos Zaragoza. Como miembro de la Asociación de Internautas, y defensor activo de la libertad en Internet y de las descargas P2P y, como estoy en contra del canon, no tengo más remedio que contestarte a tu primera pregunta:

¿De qué deben vivir los autores? La respuesta debería ser: ¿de su trabajo... diario?

En el caso de los músicos, de los conciertos, y muchísimas otras alternativas. Lo que no es de recibo es que se le entregue una cantidad tan irrisoria como unos cientos de millones de euros a unos señores (SGAE y demás) que no son ni una entidad pública, ni mucho menos transparente, y que propicia, por ejemplo, que el Rey del Pollo frito viva como Dios desde hace más de treinta años por un par de temas que tuvieron éxito en su momento.

¿Derechos de autor? Los justos. El canon, desde luego, no lo es. Yo también soy autor (de software y algunos otros pinitos artísticos) y no cobro de la SGAE.

Sin embargo, a pesar de nuestra discrepancia, te envío un fuerte abrazo.


Carlos