jueves, 19 de febrero de 2009

Huelga política

Según la Organización Internacional del Trabajo, el derecho de huelga es uno de los medios legítimos fundamentales de que disponen los trabajadores y sus organizaciones para la promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales.

El que los jueces se vayan a la huelga tiene varias conclusiones importantes.

En primer lugar, se definen a si mismos como trabajadores por cuenta ajena y no como poder del estado. La consecuencia principal de lo mismo, es que si son trabajadores como cualquiera, se les puede criticar como a cualquiera que creemos que ha hecho mal su trabajo, pero es que si además si se demuestra que se ha equivocado, como en los casos en los que un tribunal superior enmienda la plana a un juez de primera instancia, habrá que sancionarlos como a cualquier trabajador que se equivoca en el ejercicio de sus funciones.

Al ser trabajadores normales, tendrán que tener un horario que cumplir, nada de eso de poner su horario a su conveniencia.

Tendrán que dar cuenta a sus jefes de lo que hacen, y sus jefes en definitivas cuentas somos los ciudadanos, ya que es un servicio público, lo cual significa que las posibles sanciones disciplinarias no las pondrá otro juez, que pueda incurrir en corporativismo, sino el ministerio o consejería de justicia.

No creo que quieran este tipo de cosas los jueces, lo que sucede, es que son un colectivo con un poder enorme y difícilmente controlable. Además de eso, son un colectivo muy conservador que intenta imponer sus tesis a la sociedad, lo cual no es más que hacer política, y es que esta huelga no es más que eso, una huelga política. No es una huelga para mejorar una justicia, que lleva 30 años olvidada y en la que se están invirtiendo más recursos que nunca. ¿Porque ahora?, se pregunta mucha gente, ¿porque más en Madrid y Valencia? ¿Porque unas asociaciones si y otras no? ¿Porque no acabar las conversaciones con el ministerio?

Todas estas preguntas solo encuentran respuesta si entendemos esta huelga como lo que es, una huelga política para intentar desgastar a un gobierno de una ideología distinta a la de los jueces.

Si les gusta la política la solución es muy sencilla: que entren en un partido y se presenten a las elecciones, pero como poder del estado que son, les EXIJO imparcialidad, por lo menos que parezca que lo son.

Si no, siempre tenemos la solución americana, que por otra parte me parece la mejor, que los jueces se elijan por sufragio universal, como debería suceder con todo poder del estado. No creo que les guste mucho, pues muchas “calamidades” se quedarían sin trabajo, gracias a Dios.

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