viernes, 7 de agosto de 2009

Me retracto

He tenido muchas conversaciones durante los últimos meses sobre el tema de la corrupción en los partidos y en particular sobre los casos que están surgiendo en el PP en este tiempo, y mi posición hasta ahora había sido siempre la misma: los partidos no son corruptos, son corruptibles algunas personas (mirar nota aclarativa), y la solución en los sistemas democráticos avanzados a estos casos de corrupción, está en el propio sistema democrático, que castiga electoralmente con dureza la corrupción dentro de los partidos o incluso la sensación de la misma.
Un buen ejemplo de esto, lo tenemos en el PSOE de finales de los 90, que llego a perder más de 3 millones de votos, debido a los casos de corrupción de sus últimos años de gobierno en el siglo pasado.

No voy a contar aquí todos los casos de corrupción sino que voy a explicar el proceso por el cual he llegado a la conclusión de que me tenía que retractar de mi opinión inicial, no sobre los partidos en general, sino sobre el PP en particular.

La corrupción se da en todos los estamentos de la sociedad, pero al estar muy relacionada con el poder, son los poderes económicos, la política y la función pública los más afectados por la misma. Reconocido que la corrupción no está asociada a unas siglas o ideas políticas, dentro de las organizaciones políticas se pueden dar diferentes respuestas a esos casos de corrupción más o menos importantes cualitativa y cuantitativamente. Es en esa respuesta interna de las organizaciones (no solo partidos políticos) donde se puede ver la permeabilidad de las mismas a la corrupción.

En un principio, cuando surgen los primeros casos notorios asociados al PP con algunos alcaldes de Murcia o Madrid, Carlos Fabra en Castellón o los espías de Madrid, la respuesta del parecía la más lógica: presunción de inocencia y dejar trabajar a los jueces (que por otra parte son votantes del PP más del 70%). En ese momento ya tuve alguna discusión con algún socialista doctrinario que decía que el PP es un partido de corruptos, a lo que yo respondía que nosotros también teníamos nuestros cadáveres y sin embargo, no se podía decir que el nuestro fuese un partido corrupto por los actos de algunos, que además, habían sido expulsados del partido hasta que se demostrara su inocencia o culpabilidad.

Las primeras dudas las tuve cuando empezaron los ataques a Garzón. No podía entender cómo se podía atacar a las instituciones y sobre todo a Garzón, que había sido el “Gran juez” que había puesto en jaque al gobierno socialista de Felipe Gonzales, llevado entre otros el caso GAL, en lugar de intentar querer saber qué es lo que estaba pasando, para en el caso de que hubiese algo contra Bárcenas y Merino, ponerlos como ejemplo de poco que se tolera en el partido a los corruptos, con lo cual podrían salir incluso reforzados de cara a la opinión pública y en caso de salir inocentes, readmitirlos como mártires que tiene incluso mejor prensa. La opción que tomaron de defenderlos a capa y espada atacando a Garzón, me pareció peligrosa, ya que ataba en parte el futuro del partido al de estos dos señores, que por otra parte, no parecen tan importantes.

Pero las cosas se pusieron todavía mucho más oscuras cuando surge la trama Valenciana del caso. Francisco Camps sí es un peso muy pesado dentro del partido, lo cual hace comprensible la reacción de cerrar filas en torno a él y puede explicar también que no se tomaran medidas contra Bárcenas y Merino, porque ¿cómo se justificaba entonces no tomarlas contra Camps?

En este momento, ya no estaba Garzón en el caso, con lo que se pone todo un poco más complicado para el PP… o quizás no, resulta que los encargados de juzgar a Camps son un ex-consejero de la Generalitat y unos de sus mejores amigos y ninguno de los dos se inhibe… Bromeando con mis padres sobre el tema les dije que era como si yo fuese Camps y ellos mis jueces y les pregunté que cual sería el veredicto : - “pues que eres el más listo, el más bueno y el más guapo”-, bueno, pero no fue lo que dijeron los jueces, lo que dijeron, es que aquello de “yo me pago mis trajes” es MENTIRA, pero que no lo iban a juzgar por ello ya que no lo consideraban cohecho pasivo, cuestión sobre la que el tercer juez del caso discrepo, pero ya se sabe lo que pasa con las mayorías. Pero bueno, ahora irá el caso al supremo, como debió suceder desde el primer momento… veremos a ver qué sucede en el supremo sin sus amigos jueces…
A estas alturas de la película con el PP acusando a los policías, los fiscales, los jueces, los medios y gobierno de conspirar contra ellos (no contra unos posibles corruptos); con Bárcenas amenazando con decir cosas que sabe como tesorero del partido; y con Rajoy y Camps hablando de dignidad (que palabra más grande para esas bocas) yo ya empezaba a pensar que el PP tenía un problema de podredumbre interna de proporciones escandalosas, pero ayer la señora De Cospedal me lo confirmo denunciando a policías, jueces y gobierno de hacerles escuchas ilegales (en su estupidez llegó a decir que los jueces habían hecho escuchas sin autorización judicial… esta tía es gilipollas), todo eso sin pruebas… pero claro, como no tienen pruebas, ayer lo arreglo Cristóbal Montoro retando al gobierno a que demuestre que no les habían espiado …no se puede ser más tonto, primero porque no es posible demostrar que no ha sucedido algo que no ha sucedido, es como pedir a alguien que demuestre que no ha matado Papa Noel, por otra parte, este es un argumento muy peligroso para ellos, porque como haya que demostrar la inocencia y no la culpabilidad, acaban todos en la cárcel.

Por todo ello, me retracto, el PP actual no es un partido político, sino una cueva de ladrones con algún inocente que acabará lleno de muerda como todos los demás, como siga mucho tiempo ahí. Pero quien realmente me da pena son los votantes del PP, que por lo visto en las últimas elecciones Europeas seguirán yendo en manada a votar a estos delincuentes y haciéndose cómplices por omisión de todas estas fechorías; y la consecuencia de esto, es que el partido no se limpiará ni se renovara, ya que no le hará falta hasta que le falten los votos.


NOTA: Hay dos posturas de entender la corrupción:

1. El ser humano es corrupto por naturaleza: Esta postura parte de la premisa de que el hombre es malo por naturaleza y en cualquier caso, antepone su beneficio al interés general, por ello, son necesarias unas normas que nos permitan vivir en sociedad sin matarnos.

2. El ser humano es corruptible: Esta parte de la idea de que algunas personas y en determinadas circunstancias se pueden corromper, pese a que sea este un acto socialmente reprobable. En este caso las normas ayudan a disuadir a los corruptos, aunque no siempre funcionen.
Los corruptos en cualquier caso optan por la primera, ya que al corromperse, simplemente hacen aquello a lo que la naturaleza les predispone, con lo cual, tienen una justificación muy buena a sus actos, que les lleva incluso a pensar que el que no se corrompe es o por falta de ingenio o de coraje.